Las Critical auto-feminizadas son básicamente las divas indestructibles del mundo del cannabis. Crecen rápido como un rayo, florecen con la puntualidad de un reloj suizo y producen cosechas tan abundantes que necesitarás una carretilla para recolectarlas.
Esta planta no solo es fácil de cultivar —incluso un principiante con una maceta y buenas intenciones puede lograr algo decente—, sino que además aguanta lo que le eches: calor, frío, falta de riego… ¡hasta tus errores de novato!
Su efecto es poderosamente relajante, como si te abrazara un oso de peluche gigante hecho de nubes y te susurrara: “Tranquilo, todo está bien”. Y su aroma… oh, su aroma: una mezcla embriagadora de frutas dulces y especias, tan intenso que podrías perfumar una habitación entera con una sola planta.
En resumen:
Critical auto-feminizada es la planta que trabaja sola, da de más, se queja de menos, y encima te deja flotando de gusto. Una reina automática, lista para coronar tu jardín.
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